“Vivimos muriendo diariamente, y es en ello que se recrea la mente; pues en el agónico momento de pensarse no siendo, es que se empieza a vivir realmente… Para qué tanto misterio; no somos, tal vez seremos, pues en la nada nos movemos. No te poseo, no me posees, solo son más que recuerdos, y esos se irán mañana o tarde, cuando al final de este bullicio solo existiré yo y tu silencio…”
Sin embargo, mientras más nos ponemos a pensar en ello, la inevitabilidad del suceso nos consume y agobia. ¿Cuál es el sentido de ser si rápidamente se deja de? ¿No pierde el punto todo al saber que nada importa realmente?; la carencia de temor es perniciosa, y aparece si llegamos a reflexionar a fondo esta verdad absoluta, ya que, si se sabe que nada tiene valor, no habría razón lógica para querer alargar nuestras estancias.
Te agradezco a ti y a la vida, porque me enseñaste que, a pesar de todo, no me dejara vencer por el desaliento, reíamos y llorábamos, era nuestra rutina del día a día, me enseñaste a que en la vida el rosa solo es un color, no la descripción de lo que nos sucede en cada instante, nosotros somos el color brillante que ilumina el camino que vamos forjando, nos la pasábamos buscando recuerdos en donde no hay experiencias, mejor crea experiencias en donde te faltan los recuerdos.
Solo esos recuerdos que llevamos en el corazón son los que nos hacen sonreír cuando los recordamos día y noche segundo tras segundo minuto tras minuto y al final solo serán recuerdos que llevaremos para toda la vida
Pero te mentiría si te digo que estarás a mi lado por que sé que me encuentro solo en este mundo desorientado, las personas podrán estar, pero no sabes el tiempo que permanecerán, es tiempo de crecer, reinventarte y superar para dejar atrás todo mal sin terminar. Las cosas siempre se ponen en su lugar, pero tú sabes hasta cuando los límites se pondrán para eso necesitas que no te importe lo que al de enfrente le esté pasando para no caer en un hueco oscuro y desolado.
Y, en el momento que tu silencio se vuelva ruido, yo dejaré de existir. Y así seguiremos, hasta el fin del tiempo, mientras tu existas yo no puedo existir y mientras yo respire, tu no podrás respirar. No hay solución a todo esto, pero existe la adaptación, y ese el temor que tememos aceptar tu y yo. Mirar las cosas desde otra perspectiva, no dejarnos llevar por las emociones, sino por las razones; solo así podremos existir los dos en un mismo universo.
Que parece que me reconforta y es como si todo estuviera tranquilo y bien y gracias a esto es como si fuera un sentimiento de buena tranquilidad como si se hubiera estado dormido mucho y sin alteraciones de este mismo, tranquilidad se hizo y normal y otras cosas.
El silencio se pude romper simplemente al cambiar tu y yo dejar de seguir al resto y expresar lo que sentimos para poder cambiar al mundo de una buena vez y crear un lugar mejor pero lo más importante nunca dejes de; soñar porque todo lo que es o fue comenzó con un sueño.
Y buscamos valorar la vida justo cuando se termina, o alguien que nos hace sentir vivos se retira. ¿Cómo sabemos cuándo estamos viviendo realmente? ¿Por qué los momentos son tan efímeros y drásticamente se esfuman con el viento para ser recuerdos?
Que acompaña mi desolada existencia y hace más que efímero el tiempo que paso figurando si mis palabras recaerán en el sentir de aquellos que con sus pensamientos etéreos indagan sobre la manera en la que están viviendo, resultando así todos una bella y brutal casualidad hecha por la mente.
Yo existo y vivo, el pasado ya se fue, cada momento lo lleno de alegría porque es lo único que tengo en mis manos, vive el presente, cada día hay menos futuro, vive cada día con intensidad y emoción, ya sea solo o acompañado, vivimos muriendo diariamente y cuando llegue el momento habrás querido vivir lo suficiente.
En estos momentos no hay nada peor que estar muerto en vida, pero realmente lo que causo este sentimiento es tu ausencia; porque si fuera solamente tu silencio te sentiría aquí́ conmigo y ni si quiera hay un vestigio de lo que fuimos. Aunque recordando los momentos que compartimos juntos, conseguí́ aprender y entender algo, me refiero a que la finalidad de vivir es el amor en todas sus formas y colores.
Somos nada aun existiendo en la inmensidad del tiempo, aquel que transcurre descubriéndose en instantes, en memorias que explican con pocas palabras nuestra vida, existencia misma en la que nos detenemos a cuestionar en una noche profunda de lo que es o no es, lo existe y lo que imaginamos, somos parte de nuestro propio juicio. Solo queda esperar el arrebol del amanecer para que ilumine la nubosidad de los pensamientos de cada uno.
Pero siendo realistas, en este mundo lleno de soledad, se mantendrá vivo aquel recuerdo de lo que fuimos, de lo que seremos o de lo que nunca pudimos ser. La grata compañía del silencio se hace presente con el pasar de los días, no es incómodo, simplemente es raro, raro porque se ve el cambio de algo mientras estamos contemplando a la nada en un silencio profundo que no parece tener fin.
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